El púgil, de 32 años, resultó severamente lesionado a consecuencia de la paliza que recibió en la pelea del pasado sábado ante el púgil filipino Manny Pacquiao y que perdió por decisión unánime en 12 asaltos en el Cowboys Stadium, de Arlington (Texas), el pasado sábado ante cerca de 42.000 espectadores.
Aunque Margarito fue internado la misma noche del sábado tras concluir la pelea, los doctores no pudieron operarlo hasta el martes, cuando le desapareció la inflamación que tenía en ambos ojos, especialmente en el derecho, donde sufrió la fractura, y con el que acabó completamente cerrado y sin visión.
Margarito superó con normalidad las 24 horas del periodo postoperatorio y desde la madrugada de hoy, miércoles, fue dado de alta y en el transcurso de la jornada abandonó el recinto médico.
El 'Tornado de Tijuana' salió acompañado por su esposa Michelle, el entrenador Robert García, al que se le ha criticado por no ordenar parar la pelea desde el décimo asalto, y los preparadores físicos Francisco Espinoza y Sergio Díaz.
Todos ellos viajaron también hoy a Los Ángeles, desde donde Margarito y su esposa tienen previsto trasladarse a su residencia en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana.
El ex campeón del peso welter peleó con Pacquiao por la corona vacante del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) dentro de la división de los superwelter o mediano júnior.
Margarito recibió una bolsa garantizada de tres millones de dólares, que podría incrementar hasta los seis en función de los ingresos que se diesen por la televisión de pago.
Por su parte, Top Rank, la empresa promotora de la pelea, informó a través de un comunicado que Jerry Jones, el dueño de los Cowboys de Dallas, el equipo que milita en la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), llamó personalmente a Margarito antes que abandonase la ciudad para interesarse por su estado de salud.
La misma fuente también destacó que Jones le había dicho lo orgulloso que estaban por el comportamiento de entrega completa y de auténtico "guerrero" que mostró siempre sobre el cuadrilátero.
Aunque nadie cuestiona que la pelea tuvo que ser parada a partir del décimo asalto, el hecho que Margarito pudiese concluir los 12 asaltos de pie fue para él un gran triunfo moral que además le mereció el reconocimiento de todo el mundo.
"Soy un púgil mexicano y cuando estamos sobre el cuadrilátero llegamos hasta el final", declaró Margarito nada más concluir la pelea con ambos ojos cerrados por la inflamación y con el rostro desfigurado y ensangrentado.
García también reconoció que aunque hubiese pedido parar la pelea, Margarito no iba a aceptar tal decisión
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